El Valencia estaba en una situación crítica: segundo por la cola al inicio del año 2023. La salvación era el objetivo. Gattuso dimitió, como ocurrió con los últimos entrenadores del club, al ver que no se le daba lo que se prometía. Voro estaba desbordado. La situación parecía irreversible. Entonces se encomendó a Baraja a la salvación del Valencia CF.
¿Una gestión nefasta?
Todos los años Meriton hace una planificación deportiva horrible. Pero este año todavía ha sido peor. La plantilla se antoja corta, se mire por donde se mire. Sólo el lateral izquierdo cuenta con tres jugadores, pero el resto de puesto a penas 1 suplente de garantías y en zonas concretas ni eso. Es por ello que el entrenador ha tenido que tirar del 11 titular en demasiadas ocasiones y los suplentes de mayor peso han cargado demasiado esfuerzo por lesiones de los titulares. El resultado es que el equipo se cae en las segundas partes. Tanto es así, que si no fuera por eso, estaría peleando por puestos de Europa. Pero llega el cansancio y desaparece del campo.
El inicio de 2023 no ha podido ser peor. Hasta finales de Febrero no se había ganado un partido y a penas se logró un par de empates (uno de ellos frente al Real Madrid en las semifinales de la Supercopa de España). Por tanto parecía claro que los che estaban condenados al descenso. Pero la situación no pitaba después mejor, ya que se coqueteaba con la desaparición debido a los problemas económicos.
Manifestaciones en masa
Libertad VCF convocó manifestaciones para liberar al Valencia de su propietario, Peter Lim y Meriton, que parecen dispuestos a hacer desaparecer el club. No se comprende como un empresario de éxito puede haber mermado tanto la calidad de la plantilla. De hecho desmanteló el equipo campeón de Marcelino, regalando a jugadores como Parejo o Coquelin y vendiendo a muy bajo coste estrellas como Rodrigo Moreno, Ferrán Torres o Guedes. Este año la gestión de fichajes todavía es más nefasta, permitiendo la salida de mas efectivos de los que se dio entrada. Nadie en su sano juicio, por poco que entienda de fútbol, actuaría de esta forma.
Es por ello que miles de personas salieron a las calles de Valencia para mostrar su disconformidad y exigir al propietario que vendiera. Porque tampoco parece querer vender, ya que se le ha presentado varias ofertas y hasta el momento ha rechazado. Parece decidido a destruir el club. Sin embargo también han salido filtraciones que podrían arrebatarle sus acciones por vía judicial. Se está trabajando en ello. Y, peor aun, su imagen está por los suelos, ya que varios periódicos internacionales han hecho eco de las manifestaciones masivas en la capital del Turia y de su nefasta gestión. Y no hay nada peor para un magnate, que su reputación se vea salpicada.
Baraja a la salvación del Valencia CF
Ante este clima de hostilidad y malestar, junto hasta dinámica deportiva tan negativa, llegó el Pipo Baraja. El legendario centrocampista, ganador de dos ligas y una UEFA, llegó de la mano de Marchena, otro histórico, para revertir la situación. Muchos expertos deportivos criticaron este movimiento, ya que Baraja y Marchena son entrenadores sin experiencia en Primera, que todavía no tienen una trayectoria sólida, como para enfrentar una situación tan crítica. Pero el movimiento de Meriton es notable: unir al club trayendo a dos de los mayores estandartes.
El Pipo perdió el primer encuentro que disputó, pero muy pronto consiguió su primera victoria. Fue nada más y nada menos que contra el tercer clasificado de la Liga, la Real Sociedad. Lo hizo después de hacer un llamamiento a Mestalla para unir a la afición. Y lo consiguió. Pero esto supone otro problema: Muchos aficionados se olvidan del problema principal con las victorias. Y nadie debería olvidar que el club está donde está por esa gestión y este derroche de dinero. Pero al menos se puede evitar el mal mayor, que sería bajar a Segunda. Aunque aun queda mucho por remar, ya que con la victoria el equipo sigue en puestos de descenso. Pero el ambiente ha cambiado.
