Este verano el tema más hablado, después de lo de Neymar (quien mantiene una relación de poliamor), ha sido el culebrón Rodrigo. Resulta que el jugador valencianista tenía una cláusula de rescisión de 120 millones de Euros, pero Peter Lim decidió que era transferible por 60 millones. A dos semanas del cierre de mercado y a cuatro días de iniciar la Liga el Atlético parecía haberlo fichado, pero no ha sido así finalmente. Y todo ello a pesar de que Jorge Mendes tenía orden de encontrarle equipo, dividiendo así a directivos y aficionados.
Parecía segura la salida de Rodrigo del Valencia CF
Ya ha principio de mercado parecía segura que un gran jugador abandonaría el club de Mestalla. Y todo apuntaba a que sería Rodrigo. Había que cuadrar el Fair Play financiero, pero finalmente Mateu Alemany hizo una maravilla: cambió a Neto por Cillessen cuadrando las cuentas. Entonces parecía que la venta de un gran jugador no sería necesaria. Pero claro está, para fichar hay que vender, y más con la situación de deuda del Valencia CF. Sin embargo los acontecimientos se han enrevesado demasiado…
La guerra civil entre Mateu Alemany y Peter Lim
Sin embargo empezó a haber rumores sobre la guerra civil entre Lim y Alemany. Y es que el dueño del club proponía fichajes que no eran aceptados ni por Marcelino, ni por Mateu, y quería que los jóvenes tuvieran más protagonismo. Por contra el entrenador no quería contar con las jóvenes promesas que podían dar ya rendimiento inmediato y querían unos fichajes que no eran aceptados por el sueño, como Rafhina. En el culebrón Rodrigo el conflicto estaba que Peter Lim quería venderlo para cubrir la deuda de Guedes y poder invertir en nuevos fichajes. En cambio Marcelino dijo que no podía irse Rodrigo Moreno, porque el nivel del equipo bajaría y la Champions no sería un objetivo viable.
El Atlético lo tenía por 60 millones… El culebrón Rodrigo
Dos semanas antes del cierre del mercado el Atlético hizo una oferta al Valencia de 60 millones por Rodrigo Moreno. Peter Lim la aceptó a espaldas de Alemany, que no sabía nada de la negociación. Era una completa locura porque la estrella del Valencia iba a salir para reforzar a un rival directo, sin margen de maniobra para encontrar un sustituto y sólo sería suplente por detrás de Morata y Diego Costa. Una operación que no convenía realmente a ninguna de las partes, ya que 60 millones por un jugador que ha marcado 15 goles durante la temporada anterior parecía un poco excesivo. También se hablaba de la llegada de André Silva como sustituto del hispano brasileño. Un fichaje que no aprobaba Marcelino.
Sin embargo los 60 millones que iba a pagar el Atlético de Madrid estaban condicionados por la venta de Correa al Milán. Pero éste fichaje no se concretó y el Atlético no tenía efectivo para pagar los 60 millones. Por tanto la operación se pospuso y finalmente se canceló. Sin embargo durante los últimos días salieron otros nombres en la ecuación, como el de Jorge Medes. El mayor representante de jugadores del mundo tenía orden de encontrar un equipo que pagara esa cantidad y se llevara a Rodrigo. Había que pagar uno de los plazos de Gonçalo Guedes, pero finalmente no salió. Y llegó por 12+3 Thierry Correia. Veremos como acaba finalmente el culebrón Rodrigo.
La desesperación de Marcelino
Lo que está claro, después de lo que ha ocurrido en el culebrón Rodrigo, es que el proyecto deportivo del Valencia se ha resentido. Se ha agravado la crisis que surgió después de ganar la Copa. Alemany y Marcelino han perdido toda autoridad. Parece evidente que al final de la temporada 2019/20 abandonarán el club. Marcelino estaba desecho. Se le veía sufrir en cada rueda de prensa donde tenía que hablar. No sabía como explicar que Rodrigo no podía abandonar el equipo y que tenían que fichar a Rafinha para mejorar el nivel que había el año pasado. Se ha quedado sin un suplente de Parejo y sin el cuarto delantero que asegurara el gol. En contra le imponen jugar con Nanu Vallejo, Ferrán Torres y Lee Kang-in. Su autoridad como entrenador ha quedado muy tocada.
